El Metaverso está en boca de todos, visto por unos como el futuro de la tecnología y por otros como un proyecto destinado al fracaso. Pero, ¿qué es el Metaverso? ¿Qué implicaciones tendría? ¿A quién le pertenece?
La base principal del Metaverso es que pretende ser un ecosistema abierto (Open Source) y accesible para todos; un mundo virtual en el que interactuar a través de avatares basados en la propia personalización del usuario, donde interactuar en busca de entretenimiento, educación, o asuntos profesionales, basado en la tecnología más puntera y buscando el mayor realismo posible.
Obviando el extraordinario avance tecnológico que esto supondría, esta nueva realidad contempla otro tipo de beneficios. Primeramente, el cobro por medio de #criptomonedas para los usuarios por dar apoyo al sistema que mantiene la plataforma, siendo intercambiables por otro tipo de activos, tanto en el mundo real como en el propio Metaverso, ya que la criptomoneda es la moneda oficial de este mundo virtual.
Para mantener este nuevo ecosistema es necesario trabajadores especializados, por tanto se generarían nuevos empleos. Por ahora Meta, Facebook, ha anunciado su intención de contratar alrededor de 10.000 personas en la UE, y 50.000 en todo el mundo.
Otro beneficio vendría de la mano del avance de la #InteligeciaArtificial que puede potenciar la creación y desarrollo del Metaverso, desde el inicio del software, llegando incluso a generar mejoras automáticas, hasta llegar a crear nuevos mundos en tiempo real a medida que el usuario se relaciona.
Es evidente que la formación de un mundo nuevo implica establecer una serie de normas a nivel jurídico, y surgen distintas problemáticas, como la regulación de la #propiedad, del mercado, la privacidad, la seguridad y la protección, o las sanciones a ciertos delitos.
En este post vamos a hablar un poco de los derechos de propiedad en el Metaverso. Como hemos mencionado, este se basa en un sistema abierto donde cada usuario tiene acceso al software para mejorarlo, pero las empresas ya han comenzado a invertir y querrán recuperar los esfuerzos. Además, lo más probable es que detrás de cada recurso implantado exista una empresa privada que luchará por la titularidad de los derechos, y por lo tanto condicionarán su uso, siendo las primeras que invirtieron las que formarán a su gusto el mundo virtual, con lo cual existe una lucha entre la idea del Metaverso abierto y autoformado, y el beneficio económico de las grandes corporaciones que actualmente están interesadas.
Por lo tanto, el reto parte de encontrar el equilibrio entre el derecho de las empresas a recuperar su inversión y conservar esa idea de mundo abierto y accesible para todos. También debemos preguntarnos si debemos aplicar las mismas normas legales en materia que tenemos en el mundo real, o si debemos crear nuevas reglas para este nuevo universo, y por último quiénes determinarán ese nuevo régimen legal.