El Impuesto sobre Sociedades en España se modifica periódicamente con el objetivo de adaptarse a las necesidades económicas del país y fomentar la competitividad empresarial. La última reforma fiscal ha introducido varios cambios significativos, diseñados para simplificar el sistema tributario y aliviar la carga fiscal sobre las empresas.
En este artículo, explicaremos las claves de la reforma y proporcionaremos consejos prácticos para que las empresas naveguen por este nuevo panorama fiscal.
¿Qué es el impuesto de Sociedades?
El Impuesto de Sociedades (IS) es un tributo directo que grava la renta de las sociedades y demás entidades jurídicas con residencia en España. Este impuesto se aplica a los beneficios obtenidos por las empresas durante su ejercicio fiscal (el cual, generalmente coincide con el año natural, aunque puede variar según los estatutos de la empresa).
Características principales del IS
- Sujeto Pasivo: Incluye sociedades mercantiles, asociaciones, fundaciones y cualquier otra entidad jurídica que no sea persona física.
- Base Imponible: Se compone de los beneficios netos obtenidos por la entidad, calculados a partir de los ingresos y gastos reflejados en su cuenta de resultados y ajustados a las normas fiscales.
- Tipo Impositivo: Varía según el tamaño de la empresa, su naturaleza, el tipo de renta obtenida y el sector al que se dedique.
Cambios clave de la reforma
La reforma del Impuesto de Sociedades ha introducido varios cambios significativos que impactan directamente a las empresas. Entre las modificaciones más relevantes se encuentran:
1. Reducción de tipo impositivos
El IS se caracteriza por tener diversos tipos de gravamen, variando en función de criterios como el tamaño de la empresa, el tipo de actividad o la base imponible. Anteriormente, el tipo impositivo general era del 25%, aplicable a todas las empresas. Sin embargo, como parte de la reforma, se ha establecido un tipo reducido del 23% para las PYMEs que facturen menos de 1.000.000 de euros de base imponible. Esta medida tiene como objetivo principal aliviar la carga fiscal sobre las empresas más pequeñas y fomentar su desarrollo y crecimiento en el mercado.
Además, se ha establecido un tipo reducido del 15% para las entidades de nueva creación y un tipo del 20% para las cooperativas con protección fiscal. Por otro lado, las entidades sin fines lucrativos tributan a un tipo reducido del 10%, y las sociedades de inversión de capital variable reguladas por la Ley 35/2003 tienen un tipo reducido del 1%.
2. Incentivos fiscales y deducciones
La reforma también ha introducido nuevos incentivos fiscales y ampliado las deducciones disponibles para las empresas. Ente las más relevantes se encuentran:
- Deducción por I+D+i: Las empresas pueden deducir un porcentaje de los gastos e inversiones realizados en actividades de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i). Esta deducción puede aplicarse tanto a los gastos internos como a los subcontratados con entidades externas.
- Deducción por inversiones medioambientales: Las empresas que realicen inversiones en proyectos que tengan un impacto positivo en el medio ambiente pueden aplicar una deducción sobre el importe invertido, fomentando así la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental.
- Deducción por creación de empleo: Existen deducciones específicas para las empresas que aumenten la plantilla con nuevos contratos de trabajo, especialmente orientadas hacia la contratación de jóvenes y colectivos con dificultades de inserción laboral.
- Deducción por formación profesional: Las empresas pueden deducir parte de los gastos destinados a la formación continua de sus empleados, promoviendo así el desarrollo de habilidades y competencias dentro de la fuerza laboral.
- Amortización acelerada: Se ha facilitado la amortización acelerada para ciertos activos nuevos (activos materiales, inmateriales y tangibles), permitiendo a las empresas deducir una mayor parte del costo de adquisición en los primeros años de uso del activo. Esto incentiva la renovación tecnológica y la inversión en capital productivo.
- Start Ups y nuevas empresas: Las startups y las nuevas empresas con una base imponible por debajo de los 300.000 euros disfrutarán de un tipo reducido del 15% en los primeros cuatro años en los que tengan una base imponible positiva. Además, podrán beneficiarse de un aplazamiento automático de las cuotas del Impuesto de Sociedades durante dos años y estarán exentas de realizar pagos fraccionados de este impuesto durante el mismo período.
3. Limitación a la deducibilidad de gastos financieros
Se ha establecido un límite a la deducibilidad de los gastos financieros netos, que no pueden exceder del 30% del beneficio operativo ajustado de la empresa. Este cambio busca evitar la erosión de la base imponible mediante la financiación excesiva.
4. Simplificación administrativa
La reforma también ha puesto en marcha medidas para simplificar las obligaciones formales y administrativas relacionadas con el Impuesto sobre Sociedades. Esto incluye la digitalización de procesos y la reducción de la carga burocrática para las empresas, facilitando el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
5. Impacto en la planificación fiscal
La reforma del IS no solo ha implicado ajustes en los tipos impositivos y deducciones, sino que también ha supuesto un cambio significativo en la manera en la cual las empresas deben planificar su estrategia fiscal. Este cambio obliga a las empresas a revisar sus estrategias de estructuración empresarial y optimización de beneficios fiscales.
En primer lugar, las empresas deben adaptar sus estructuras empresariales para asegurarse de cumplir con las nuevas normativas fiscales. Esto puede incluir la reconsideración de la forma jurídica, la ubicación de operaciones y cualquier implicación fiscal que pueda surgir de estas decisiones.
Además, la optimización de beneficios fiscales se ha vuelto más compleja y estratégica. La reforma ha introducido nuevos incentivos y ampliado las deducciones disponibles, como las mencionadas en el apartado anterior. En este sentido, las empresas deben evaluar cuidadosamente cómo pueden aprovechar estas oportunidades para reducir su carga tributaria de manera legal y efectiva.
En último lugar, las empresas deben tener en cuenta que la planificación fiscal no solo debe considerar las oportunidades inmediatas sino también los posibles cambios futuros en la legislación. Esto implica una visión a largo plazo para anticipar y adaptarse a los ajustes regulatorios que puedan surgir en el futuro.
6. Adaptación y cumplimiento
Tras la reforma del IS, uno de los principales desafíos a los que las empresas deberán enfrentarse será el de adaptarse eficazmente a las nuevas normativas y asegurar el cumplimiento de las mismas.
Consejos para las Empresas
Para adaptarse a estos cambios y optimizar su carga fiscal, las empresas pueden considerar varias estrategias:
- Revisar y actualizar la estrategia fiscal: Analizar los cambios en el tipo impositivo y las nuevas deducciones disponibles para ajustar la planificación fiscal y aprovechar los incentivos.
- Optimizar la estructura de financiación: Evaluar la estructura de financiación de la empresa para minimizar el impacto de la limitación a la deducibilidad de los gastos financieros.
- Invertir en innovación y digitalización: Aprovechar las deducciones por I+D+i y otros incentivos para la digitalización, lo cual puede reducir significativamente la carga fiscal.
- Asegurar el cumplimiento normativo: Mantenerse al día con las obligaciones fiscales y asegurar el cumplimiento normativo para evitar sanciones y optimizar los procesos de auditoría.
- Analizar el impacto sectorial: Las empresas deben evaluar cómo la reforma afecta específicamente en el sector en el que opera. Por ejemplo, sectores intensivos en capital podrían beneficiarse más de las nuevas deducciones por inversiones, mientras que sectores innovadores podrían aprovechar mejor los incentivos fiscales para la I+D+i. Es crucial que cada empresa analice cómo la reforma afecta específicamente a su sector y adapte sus estrategias en consecuencia.
- Buscar asesoramiento profesional: Consultar con asesores fiscales para obtener una comprensión completa de los cambios y cómo afectan específicamente a la empresa.
En conclusión, la reforma del Impuesto sobre Sociedades en España ha introducido una serie de cambios significativos diseñados y orientados a mejorar la competitividad empresarial, simplificar el sistema tributario y fomentar la inversión. Con la reducción de tipos impositivos para PYMEs, incentivos fiscales para I+D+i y medidas para fortalecer la sostenibilidad, las empresas deben adaptar sus estrategias fiscales y estructuras financieras para aprovechar estas oportunidades y cumplir con las nuevas normativas, asegurando así su competitividad y cumplimiento en un entorno económico cambiante.