Mecenazgo ¿Otro camino es posible?

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Los últimos datos de la Comisión Europea resultan esperanzadores para la economía española, ya que se espera un crecimiento de hasta el 7% durante el año 2022, impulsado por las ayudas europeas y el retorno de la actividad económica. En este sentido, proporcionar a las empresas instrumentos de financiación centrados en incentivos fiscales se convertirá en un elemento clave para el crecimiento económico.

Dentro de este ámbito y, como método fundamental para lograr lo anterior, cobra especial importancia el mecenazgo.

El mecenazgo es una colaboración desinteresada por parte del mecenas o empresa, que actúa promovido por el altruismo y un fuerte compromiso social. En España contamos con la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de Régimen fiscal de las Entidades Sin Fines Lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, que lo define como la participación privada en la realización de actividades de interés general. Esta norma tiene por finalidad fomentar iniciativas de mecenazgo a través de incentivos fiscales a las donaciones, estableciendo, asimismo, un régimen especial de tributación de las Entidades Sin Fines de Lucro.

No obstante, el tema ha suscitado debate en el Parlamento hasta el punto de presentarse una proposición de Ley de fomento y reconocimiento del mecenazgo, el micromecenazgo y el voluntariado. La propuesta de ley contempla como formas especiales de mecenazgo nuevas prácticas sociales, como el mecenazgo participativo o crowdfunding no lucrativo, y el voluntariado, introduciendo la figura del mecenas voluntario.

Además, reconoce el micromecenazgo como forma diferenciada de mecenazgo. La propuesta de ley entiende, a su vez, que el mecenazgo no busca sólo el beneficio fiscal, sino también el legítimo reconocimiento social de la colaboración de ciudadanos y empresas con actividades de interés general a través del reconocimiento de beneficios no fiscales.

Dejando a un lado el tema de la normativa, nos debemos centrar en cómo tiene lugar esta colaboración empresarial. Tal y como esclarece la Asociación Española de Fundraising en uno de sus informes, las colaboraciones de mecenazgo empresarial se desarrollan, en la mayoría de los casos, porque una institución se pone en contacto con la empresa y propone un proyecto o iniciativa.

De este modo, pueden diferenciarse dos líneas. De un lado, la relacionada con la Responsabilidad Social Corporativa y acción social donde la empresa adquiere una actitud más reactiva; de otro, la referente al patrocinio comercial que está más predefinido por la empresa. Por tanto, los motivos o causas que impulsan a la vinculación a una institución es fortalecer la imagen de la marca y la política de la empresa de Responsabilidad Social Corporativa.

En todo este contexto, el mercado ha considerado este sector como una gran oportunidad y ya se han planteado algunas iniciativas como Orbita.k, impulsada por la Sociedad Kaudal, que busca el desarrollo de un programa de convocatorias que permita el crecimiento del ecosistema del I+D e innovación tecnológica en España y, todo ello, mediante el Mecenazgo Tecnológico. Se constituye como un instrumento de inversión privada colaborativa que dirige financiación privada a proyectos de I+D+i partiendo de una organización que se basa en los incentivos fiscales aplicables a la investigación, el desarrollo y la innovación.

Siguiendo esa línea, los mecenas apoyan proyectos que impulsan al desarrollo económico sostenible y bienestar social, al mismo tiempo que fomentan el crecimiento del ecosistema I+D+i impulsado por su Responsabilidad Social Corporativa, consiguiendo una rentabilidad fiscal. Con estos mecanismos, las empresas adquieren financiación a fondo perdido para sus proyectos de investigación y desarrollo, y de innovación tecnológica (IT), por un valor mínimo del 25% del importe del proyecto de I+D y el 12% en el caso de IT.

En definitiva, el mecenazgo supone una oportunidad para apoyar y hacer viables proyectos, que, sin el apoyo del mecenas, jamás verían la luz. Esto se traduce en un impacto económico y social positivo que contribuye a la creación de riqueza y al progreso de nuestra sociedad.